Limpieza de graffitis con Spray y Rotulador

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Limpieza de graffitis Granada

Limpieza de graffitis con Spray y Rotulador

En superficies porosas, la presión ejercida mientras se realiza el graffiti con un rotulador permanente o indeleble facilita la penetración del tinte y el resultado es similar a un tatuaje en la piel.

En la mayoría de los casos los graffiteros cargan sus rotuladores con la denominada tinta infierno utilizada en origen para tintar zapatos y pieles, cuya principal característica es la de su poder de penetración, haciendo en algunos casos casi imposible la eliminación total de la pintada, tornando su original color negro en un gris de un tono más claro después de múltiples limpiezas por el sistema tradicional (Decapantes y Cepillado).

Esta circunstancia hace que la limpieza deba de realizarse con equipos a presión y agua caliente a 80º para abrir el poro de la superficie, posteriormente se aplica un limpiador biodegradable de acción lenta, la operación hay que repetirla cuantas veces sea necesario hasta su completa eliminación.

No contentos con el ya devastador poder de la tinta infierno le añaden “pluses” a la sustancia, como por ejemplo el aceite negro residual de los motores de coche, o una especie de bolas que se deshacen convirtiéndose en un polvo negro que fomenta el agarre de la tinta a la superficie.

La utilización de spray no reside únicamente en su alta presión, que garantiza un disparo homogéneo hasta el final. La amplia gama de tonos en la que se presentan recoge un gran espectro de intensos colores cuyo acabado brillante, mate o satinado los hace más vistosos.

Herramienta por excelencia en el mundo del graffiti, su rápido secado, buen endurecimiento y durabilidad del color hacen que sean productos válidos para uso doméstico, industrial o artísticos en los que se requieran las propiedades de una pintura de alta calidad y resistente a la abrasión, sobre todo las metalizadas.

La pintura seca en varios minutos y pasadas 24-48 horas – en función de las capas aplicadas y las condiciones atmosféricas – el endurecimiento de la película es total, incrementando así su resistencia.

La diferencia con respecto al rotulador es que se proyecta a unos 30 cm y no existe presión en el soporte, quedando en la superficie, el paso del tiempo, la acción directa del sol o la utilización de decapantes líquidos para intentar eliminarlas le abren la puerta para que se ancle en el poro.

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